¿Quién será salvo? Incluso los discípulos de Jesús hicieron preguntas al escuchar sus enseñanzas. Jesús había dicho:“ Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios..” Mateo 19:23-24.
Es posible creer en Jesús y, sin embargo, no alcanzar el cielo. Después de un estudio exhaustivo, he llegado a la conclusión de que este es el caso. Santiago 2:19 dice: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” Mateo 7:21-23 dice: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."
¿Por qué algunos se salvan y otros no? Para saber si estamos salvados, un buen punto de partida es consultar el manual de instrucciones. Así como los televisores, los automóviles y las lavadoras vienen con uno, nosotros también tenemos un manual de instrucciones: la Santa Biblia. Leerlo e incorporar sus enseñanzas en nuestras vidas puede abordar muchos problemas. Además, la Biblia describe claramente lo que debemos hacer para asegurar nuestra salvación. A continuación se presentan cuatro pasajes de las Escrituras que proporcionan un entendimiento claro de quién será salvo y quién no.
1. Hechos 2:38: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
2. Romanos 10:13: porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
3. Mateo 6:33: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
4. Mateo 19:26: Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Las Escrituras dejan claro que la salvación está asegurada para aquellos que se arrepienten genuinamente de sus pecados, anhelan a Jesús, invocan Su nombre y buscan el reino de Dios. El arrepentimiento implica una renuncia total y alejarse del pecado. Por lo tanto, parece que una relación con Jesús es primordial. Aquellos que mantienen una relación auténtica con Jesús se adherirán y ejecutarán Su voluntad. En nuestra comunión diaria con Jesús, Él morará con nosotros. En consecuencia, cuando nos encontremos con Jesús cara a cara en el Día del Juicio, Él podrá saludarnos con una sonrisa y decir: "Bien hecho, mi siervo bueno y fiel".
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